Una imagen vale más que mil palabras, y después de ver todas estas poco queda por decir… Una recopilación de momentos divertidos, bonitos, llenos de amigos y de aprendizaje! Pero son sólo una parte… todo lo que NO SE VE, lo que está detrás de KLIQUERS, es lo que lo hace inolvidable y por eso hoy ha sido un día especial.
Era mi despedida de uno de tantos proyectos que me han hecho suuuuuper feliz y lo he vivido en la sombra, desde la cabina de los técnicos, viendo desde arriba el movimiento de chicos entrando, riendo, comentando con su compañero de al lado. Viendo a Jaime correr de un lado a otro para comprobar si ya podíamos empezar, a los bailarines bajando los escalones animando al público entre palmas, a Mike detrás de las cortinas esperando a los voluntarios y a los Kliquers sentándose disimuladamente para sorprender con sus apariciones. Sabiendo que entre los asistentes estaban también grandes amigos que hoy han podido venir a verlo porque iban como responsables de algún cole, como visita sorpresa o habiéndose pedido el día en el trabajo.
Lo he vivido entre guiones, luces y micrófonos, y conectada a través de un Intercom al mejor compañero que me podía imaginar. Ese lugar que me da intimidad para disfrutar de la conferencia de Pedro a mi manera (a veces, como hoy, incluso con alguna visita sorpresa acompañada de un abrazo cuando más falta me hacía) y que me permite tener conversaciones que forman parte sólo de estos momentos y que sólo nosotros conocemos.
Hoy he vuelto en el coche sola, por primera vez después de un Kliquers, y ha sido inevitable recordar cada ensayo a los que he ido (ya fuera en una clase de una Universidad en La Moraleja, o en casa de Piti), cada auditorio con sus peculiaridades y técnicos que hasta me «susurraban al oído» o nos deleitaban con su profunda amabilidad y simpatía, todas esas comidas al acabar en Tommy Mells, un oriental aprendiendo a utilizar los palillos, o incluso en La Pummarola (sin privarnos de nada) antes de unas pruebas técnicas a las que llegamos después de entrar en más de una callle en dirección contraria. He recordado a Tutu dejándose la camiseta puesta al salir porque tenía la seguridad de que yo también la iba a llevar, todas esas pérdidas y aventuras en el coche con los bailarines como polizones, y las persecuciones detrás de la moto de Jaime para devolver los micrófonos, los backstage, los vídeos en los camerinos, los vinilos que había que pegar en el roll-up hasta tirados en el suelo, y la lucha por quitarle a Javi su papel de claquetero oficial 😉
Voy a echaros de menos Kliquers… muchísimo!!! Y no quería acabar el día sin daros las GRACIAS por todos esos momentos. Siempre me habéis hecho sentir una más aunque no pisara el escenario!!!