Reunión Guineana!!! Ese es el motivo de esta nueva entrada, y ahora escrita por la fabulosa anfitriona (redoble de tambores)…. MAPIIIII!!!

«Es increíble como 15+1 personas que no se conocen de nada, de distintos lugares de España pueden converger en un proyecto al que muchos llegaron por casualidad. Dieciséis almas con formas de ser tan distintas, pero con una misma base, unos valores, que a fin de cuentas es lo que une a la gente.

Da igual que seas blanco o negro, alto o bajo, del norte o del sur, de derechas o de izquierdas, rico o pobre, joven o viejo, hombre o mujer. Si tienes los mismos valores, todo esto es secundario. Los valores es lo que hace que una unión funcione, y la nuestra ha sido una piña a base de hormigón armado. Ha sido una fusión perfecta.

Fueron tres semanas de emociones y sensaciones continuas. Nadie quería perderse nada. Éramos un grupo, una unidad, un todo. Cada uno tiene su esencia, su personalidad, su forma, pero al juntarse con el resto, lo individual pasaba a un segundo plano y pasaba a ser una pieza sin la que el puzzle está incompleto. Ese clic que hace que cada pieza ajuste perfectamente en su sitio, porque cada uno sabía el sitio que ocupaba, sin necesidad de nada más.

Al acabar aquella cooperación en el colegio del padre Luis Monti, en Bata (Guinea Ecuatorial), no podíamos con la sensación de separarnos, pero conseguimos seguir unidos, cada uno en un lado del país. La tecnología, esa que no quisimos mientras duró nuestra experiencia, para permitirnos sumergirnos en nosotros mismos, hablar, cantar, disfrutar de cada uno sin interrupciones de avisos de mensajes ni llamadas, es lo que ahora nos permite estar unidos.

Dos meses habían pasado desde que la aventura acabó, pero realmente no había terminado, había sido sólo el principio de una gran experiencia, basada en las 15+1 personas que iban a tener un vínculo especial, que seguramente nadie más iba a entender, pero que la sensación que cada uno iba a sentir al verse no se podía comparar con ningún otro tipo de experiencia.

La falta de cualquiera de sus miembros iba a ser una sensación de un todo incompleto, pero aún así, conseguirían hacer sentir presentes a los ausentes.

Cada uno tiene su vida, pero el hecho de tener la necesidad y prioridad de reunirse para revivir esas sensaciones, es lo que da empuje a un grupo que es más que una piña, es un ente unido por un sentimiento común, unas sensaciones, unas vivencias que sólo se pueden compartir con quien lo ha vivido: ¡nosotros mismos! Sólo las fuerzas mayores son motivo para que las partes de éste ente no hagan que la piña vuelva a ser lo que fue, y eso es compañerismo, unidad, sentimiento.

Es cierto que las circunstancias de cada uno nos lleva, junto con una sociedad que nos arrastra, a sumergirnos en una vida de estrés, materialismo e individualismo. Por eso, de vez en cuando, es tan importante el sacar la cabeza de ese mar perverso y volver a la isla en la que estuvimos aislados del mundo, sólo nosotros. Por ello son tan necesarias estas reuniones que nos las pide el cuerpo. Son como la balsa que nos lleva a un estado anterior, en el que el tiempo no importaba, el exterior no existía. Sólo éramos nosotros.

El poder sentir de nuevo que nada más era necesario. Ese compañerismo, esa complicidad. Ese amor entre seres, por los que nos adaptamos a todo, sin prejuicios, sin intereses ocultos, sin más!

Gracias por llenar esos momentos, por saturarme de emociones, por compartir mi casa, mi vida, mi entorno. Gracias por ser parte de mi, y por significar lo que significáis, habiendo llegado de repente, de la nada, y convirtiéndoos en un todo. Os quiero!

Mapi»

Gracias Mapi por todo, por este finde, por la ilusión que tenías por recibirnos y tratarnos como reyes, por como eres, por esta crónica… por todo!!! Yo también te quiero mucho!!!

¿¿¿La próxima??? TIC TAC, TIC TAC… =)