Hoy, siguiendo la tradición y creando una nueva en la casa que nunca duerme, Bea y yo hemos celebrado juntas la Noche de San Juan. Se dice que es una noche mágica en la que se comunican el mundo del más allá con el del más acá. Es el momento de espantar los malos espíritus y atraer la protección y buena suerte.
Así que bajo la sorprendida mirada de Giuseppe y después de preguntar a mis recientes amigos gallegos (hemos elegido esta versión de la fiesta: «En San Juan meigas y brujas huirán (En San Xoán meigas e bruxas fuxirán)».) y poner en común lo que cada una creía que se hacía, nos hemos puesto las dos muy concentradas en la cocina a escribir todo lo malo que queremos hacer desaparecer de nuestras vidas. Cada una a su estilo; yo absolutamente esquemático y organizadito, y Bea un folio entero por delante y por detrás con sus correspondientes explicaciones.
Llegado el día 24, pasada la media noche, Bea ha elegido un jarrón de cristal para meterlo todo, y con nuestros papelitos, mechero en mano y jarra de agua por si acaso, nos hemos ido a la terraza tan contentas. Hemos tenido que pelear un buen rato con el fuego, que no terminaba de coger fuerza y quemar nuestros papeles, (hemos tenido que echar colonia, cerillas, algodón para que prendiera, utilizar una barrita de incienso para empujarlo todo… e incluso hemos tenido que cambiar de recipiente) pero al final nos ha salido una «hoguera» de la que estamos muy orgullosas y que se lleva, esperamos, todo lo que no queremos que siga en nuestro camino 😉
el BATIBURRILLO de Ale 
¡Momentazo! vivido contigo, que sensación tan grande la de eliminar aquello que duele, no funciona o incluso tira de nosotras hacia abajo. Podemos y será reconfortante conseguirlo, juntas tendremos más fuerza. No tiene sentido anclarnos en lo que no nos hace crecer, vivir y disfrutar.
Es una tradición que me ha encantado compartir, alucinante la cantidad de elementos que tuvimos que invertir para poder quemar esos papeles, tal vez porque sean cosas difíciles de apartar o recolocar, pero finalmente las redujimos a cenizas con el firme propósito de avanzar.
Eres uno de los diamantes que tengo en mi vida, del tipo de diamantes de los que hemos hablado en varias ocasiones. Cito textualmente la frase de Albert Espinosa que explica perfectamente el significado de mis palabras, ya que tal cual lo dice así lo siento, y estoy segura de que habrá mucha gente que lo comparte.
«Perlas son esas personas que aparecen y marcan mi mundo de tal manera que mi yo vira. Son joyas que el mundo me ha dado y conservo aunque hayan pasado los años y el tiempo no les quita ni brillo ni intensidad. Son energías, almas que se funden con la tuya. Con el tiempo, algunas perlas pasan a ser diamantes. Esas personas que se hacen tan básicas e importantes en tu vida que parecen creadas únicamente para ti.»
¡Gracias Ale por compartir conmigo tantas cosas grandes que dan tanta vida!