Inténtalo!!!!!! Levántate mañana y piensa en cada una de las personas con las que te cruces a lo largo del día…

Según las Naciones Unidas, el pasado lunes fue el «Día Internacional de los Voluntarios». Y yo, que hacía mucho que no escribía en mi blog, me propuse hacerlo aprovechando el día para felicitar a «mis» voluntarios. A esas 40 personas a las que nunca podré dejar de mirar con ojos de madre aunque no sean mis hijos. Aunque me superen en edad. Aunque no vivan en la misma ciudad o incluso en el mismo país. Aunque ya no se acuerden de mí…

Porque ellos son los que me han enseñado a tener una perspectiva más amplia sobre lo que es PENSAR EN LOS DEMÁS, y me apetecía hacerles un pequeño homenaje.
voluntarios
Pero como suele pasarme, fui enlazando en mi cabeza un tema con otro y al final no me puse a escribir, sino que me he visto reflexionando en voz alta con algunos de ellos para intentar compartir hoy (3 días después) un tema que últimamente me obsesiona.
Siempre me ha gustado la idea de AYUDAR. Por eso estudié psicología… No para «curar» a nadie de nada, sino simplemente para ayudar.
Y con el paso del tiempo he entendido que esa palabra hace referencia a algo mucho más simple y accesible a todos de lo que creemos. AYUDAR no tiene porqué significar hacer una gran acción en un país con grandes carencias o por personas que están en una situación grave. AYUDAR es algo tan sencillo como entender que cada una de las personas que viven a nuestro alrededor están librando sus propias batallas. La importancia de esas batallas personales es irrelevante, para cada uno su problema es el más grave o el más urgente.
Lo importante está en darnos cuenta de que no estamos solos en este mundo, que lo nuestro no es lo más grave, ni lo más urgente… y nuestra mirada no es la única. La persona de al lado también tiene cosas que le preocupan y le afectan, y para AYUDAR sólo tenemos que reconocerlo e intentar «hacerle la vida más fácil».
Eso puede significar algo tan tonto como bajar el volumen de la televisión cuando tu compañero de piso se va a dormir. O bajar el volumen de voz cuando tienes cerca a alguien a quién le cuesta concentrarse en el trabajo. O cogerle una bolsa a alguien que va muy cargado. O acercar en coche a alguien que vive muy lejos. O llamar por teléfono a una persona porque a la otra le da vergüenza. O escuchar a un compañero de trabajo que está pasando por un mal momento y sólo necesita desahogarse. O pensar en actividades que puedan ayudar a otra persona a desconectar de lo que le preocupa durante una temporada. O dejar de ir a un sitio por acompañar a un amigo a otro al que no quiere ir solo. O hacer un trámite por un compañero que ya está sobrecargado de trabajo.
O…un sinfín de cosas que podemos hacer TODOS, y en nuestro DÍA a DÍA.
Pero no. En vez de eso, ahora lo que nos gusta es «hacer voluntariado». Ahora se ha puesto de moda y todo el mundo quiere ser voluntario. En otros países, o incluso en el nuestro. Y no me malinterpretéis, yo soy la primera partidaria del voluntariado y lo apoyo 100%. Siempre que se entienda de verdad y se interiorice que la misión del voluntario no es otra que AYUDAR. Y eso se puede hacer empezando en tu casa!!!
No hace falta irte de viaje o hacerlo con desconocidos.
Cada día me doy más cuenta que lo que a mí me enganchó del voluntariado no fue irme a Guinea Ecuatorial y vivir una experiencia apasionante y divertida. Ni repetir un año después y volverlo a vivir aprendiendo cosas nuevas. Ni tener la oportunidad de volver a ser coordinadora en Kenia años después. Ni trabajar todos los días con voluntarios.
A mí lo que me gusta, lo que me llena, y lo que me da pena no ver en una gran mayoría de las personas que me rodean… es CUIDAR a la gente, simplemente por el hecho de que son PERSONAS. Y ya está.
No necesito que sean señores mayores en una residencia, ni niños en una casa de acogida, ni huérfanos de África. Todo eso tiene muchísimo valor también, y por supuesto es necesario, enriquecedor y aporta un aprendizaje tremendo, y por lo tanto, lo apoyaré siempre porque creo que siempre se puede aportar de una u otra manera.
Pero la verdad es que yo soy persona aquí, hoy, ahora… y tengo familia, amigos, compañeras de piso, compañeros de trabajo, vecinos, gente con la que me cruzo por la calle… que también necesitan que alguien haga su vida un poquito más fácil cada día.
Y en vez de eso, cada vez veo a más gente que no es capaz de ir al evento que organiza un amigo sabiendo el esfuerzo que le ha costado o la ilusión que le hace. Gente que no cede su asiento en el metro. Gente que ve a una persona mayor entrando en un portal cargado de bolsas y no es capaz de pararse a ayudar porque va pendiente del whatsapp. Gente que no es capaz de organizarse para salir antes de su casa y no hacer esperar a la persona con la que ha quedado, menospreciando su tiempo. Gente que vive con otras personas y no colabora en las tareas de casa porque le da igual si tú necesitas orden o no, si gastas más o no, o no se preocupa de detalles como si la tele está muy alta o es muy tarde para estar con amigos en el salón mientras otro intenta dormir. Gente que cuando queda con sus amigos sólo cuenta su historia y no pregunta o escucha al que tiene delante. Gente que mientras está contigo está más pendiente del teléfono que de lo que le estás contando. Gente que no es capaz de tener un detalle con un amigo simplemente para alegrarle el día. Gente que no tiene cuidado de las formas o tono con que dice las cosas, sin pensar en el efecto que causan en quién las recibe.
En resumen; PERSONAS que no piensan en otras PERSONAS. En las que tienen al lado, a las que ven todos los días o con quiénes comparten momentos de su vida cotidiana.
Últimamente me obsesiona la idea de que la gente no comprende el concepto TENER EN CUENTA AL OTRO porque directamente, no registra al otro. Parece que sí, pero no.
Y yo la verdad es que no soy nadie para juzgar, ni para dar ejemplo de nada. Simplemente lo comparto porque me preocupa, y porque a veces me frustra pensar en el tiempo y energía que algunos invierten intentando CUIDAR a los demás, cuando hay otras personas que parece que vivieran en burbujas o dieran por hecho que ellos son los que tienen que ser cuidados.
Por suerte, vivo en un entorno bastante «social» en el que esta preocupación es compartida. Pero a veces creo que perdemos la perspectiva y nos centramos en mirar mucho más lejos de lo que deberíamos.
De verdad nos cuesta tanto hacer algo tan simple como «pensar en la persona que tenemos delante»? Inténtalo!!!!!! Levántate mañana y piensa en cada una de las personas con las que te cruces a lo largo del día… Tu marido, tu hermana, tu jefe, el portero de tu edificio, la amiga con la que quedes por la noche… Cualquiera!!!
No se te ocurre algo que puedas hacer para hacer su vida un poquito más fácil y agradable??
Y si intentamos contagiarlo y empezar cambiando nuestro mundo desde lo más cercano, generando buenos ejemplos?
Pues ahí os dejo mi reflexión… yo sigo trabajando en ello. Y DISFRUTANDO de ello.

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