Boicot viajero

Una de las cosas buenas que tiene conservar tu grupo de amigas del colegio es la cantidad de años vividos juntas, sinónimo de «acumulación de anécdotas». Después de 25/26 años compartidos, es normal que tengamos batallitas para aburrir a cualquiera… en especial si no las han vivido con nosotras.

Yo creo que a todos nos pasa que a veces nos hace muchísima gracia una historia, y cuando se la contamos a alguien que no la ha vivido nos damos cuenta de que lo «divertido» se quedó únicamente en el momento y para los protagonistas. Pero cuando cuentas esa misma historia delante de alguien que la conoce de primera mano… puedes repetirla en multitud de ocasiones y siempre os hará reír igual. Por eso es tan especial que tus amigas sigan siendo las mismas después de UNA VIDA!! Porque además de tener millones de aventuras compartidas, lo mejor es que se pueden recordar una y otra vez y siempre nos hacen muchísima gracia, incluso se descubren cosas nuevas. Para vosotras (y para quién tenga la paciencia o las ganas de leer todo) escribo hoy esta entrada!! =)

En nuestro caso en particular tenemos un par de temáticas que se nos dan bastante bien. Pero aprovechando que en nuestra última reunión salió el tema y que además tenemos por delante una posible nueva anécdota relacionada, hoy me voy a centrar en nuestro peculiar GAFE en los viajes.

La primera vez que algo no salió como debía fue en un viaje que hicimos Belén, Maca y yo a Boston. En el verano de 2004 decidimos ir a visitar a Tara, una estudiante americana que había estado viviendo durante todo un curso en mi casa y que acabó convirtiéndose en una gran amiga y casi de la familia. Era mi primer viaje a EEUU y Belén, que ya tenía experiencia y me conoce MUY BIEN, empezó advirtiéndome ya desde el aeropuerto «Ale, no seas irónica por favor». Pero claro, cuando una azafata se te acerca en la cola de facturación y te pregunta directamente si llevas algún arma en la maleta… te están provocando!! Así que fue superior a mis fuerzas y tuve que responder «Depende de lo que se considere arma… Si un boli cuenta, llevo varios en el bolso». La cara de pavor de Belén reflejaba tal cual lo que estaba pensando: Nos quedamos en España!! Pero no… conseguimos llegar hasta la puerta de embarque, y cuando ya habíamos pasado y nos habían subido a un minibus que nos llevaría hasta el avión, escuchamos cómo llamaban a Belén y le pedían que bajara. ¿¿¿??? Sin tener ni idea de lo que pasaba, nos quedamos sentaditas esperando… y luego resultó que no encontraban la tarjeta de embarque. Finalmente, conseguimos hacer nuestro viaje a Boston sin ningún otro contratiempo. Al ser la primera vez, lo único que pensamos fue que éramos unas pavas e inexpertas.

Un año después fuimos a ver a Paloma a Coventry. En el 2005 se fue allí de ERASMUS, así que organizamos PLANAZO y nos fuimos 6 amigas a visitarla. Y aprovechando que lo teníamos de paso, que la hermana de Maca vivía en Londres y que tenía casa dónde acogernos, nos instalamos los dos últimos días para conocerlo. La cadena de acontecimientos que «gafaron» nuestro viaje de vuelta empezó bien prontito la última mañana. Nuestro plan era ir a Harrods y dar una vuelta tranquilamente, para luego pasar por casa, recoger las maletas e irnos al aeropuerto. Pero ya de por sí no íbamos bien de tiempo, y encima nos pilló un atasco en el primer autobús que cogimos, así que nuestro paseo por Harrods no tuvo NADA de tranquilo. Recuerdo a Maca gritando «niñas, tenéis 5 minutos para coger todo lo que os quepa en las manos». A toda velocidad hicimos las compras más compulsivas de nuestra vida y salimos disparadas de camino a casa a recoger nuestras cosas. Con tan mala suerte que no seguimos bien alguna de las indicaciones que nos dieron para llegar a la estación de tren que nos llevaría al aeropuerto, y aparecimos en otra, por lo que tuvimos que ir a una segunda estación, y al subirnos al tren, por poco dejamos a Titi en tierra. Con las prisas y queriendo subirnos todas por un mismo sitio al tren, ella y su maleta se quedaron en el limbo entre el vagón y la vía con el respectivo ataque de histeria colectivo. Por si fuera poco, yo empecé a sentir que me iba a desmayar (y a Isa no se le ocurrió otra cosa que darme una manzana para ver si se me pasaba). Una vez en el aeropuerto, y con la facturación hecha al límite del tiempo, nos paramos a comer y de repente empezamos a escuchar por megafonía y ver en todas las pantallas «cerrando puertas». Otra vez a la carrera… Conseguimos llegar y obviamente, caímos rendidas en el avión!! Era la segunda vez que nos pasaba y nada nos hacía sospechar que se repetiría, así que quedó en otra simple anécdota.

2. Stratford, cabina todas

En el 2006 Belén, Titi, Mery y yo nos fuimos de ERASMUS también, cada una a un país (bueno, María y yo a Italia pero a ciudades distintas). Así que, como no podía ser de otra forma, organizamos respectivos viajes para ir a vernos las unas a las otras. En mi caso, yo sólo pude ir a ver a Belén a Swansea, y tuve que hacer varias combinaciones de vuelos para que me cuadrara el plan con las demás. Así que volé de Roma a Madrid, pasé una noche en casa de Maca, y al día siguiente nos fuimos junto a Noe y Paloma a Swansea. Y desde allí, el mismo día que ellas pero a distinta hora, volvía a Roma. La última noche salimos de fiesta, y Paloma y yo, menos fiesteras o más organizadas, según se mire, decidimos irnos antes a casa y dormir un rato. No fue el caso de las demás… Así que cuando tocó poner rumbo al aeropuerto, primero Noe decidió dejar en la calle (sin llaves) a una de las compañeras de piso de Belén que había salido a despedirnos y acompañarnos a coger un taxi. Después teníamos que coger un tren que nos llevaría al aeropuerto, pero las vías estaban cortadas por obras y nos subieron a un autobús que nos acercaba a otra parada de tren. Hartas de los cambios y con bastante prisa, pensamos en coger otro taxi pero todas (menos Noe) entendimos mal el precio que nos estaba proponiendo y muy dignas le dijimos que no y volvimos a la estación, en la que no encontrábamos por ningún sitio cuál era el tren que teníamos que coger. Paloma subía y bajaba escaleras, maleta en mano con una fuerza sobrenatural, a toda velocidad. Hasta que a Maca le entró ataque de risa en una de las subidas y se puso a gritar «está enloquecidaaaa». Poco después Noe confesó que ella le había entendido otra cosa al taxista, así que ya convencidas de que era un precio más razonable y que además no encontrábamos otro método de transporte para llegar al aeropuerto, decidimos cogerlo. Eso sí, ahora tocaba correr y Paloma se lo hizo saber al taxista que se lo tomó muuuuuy en serio. Por poco nos salimos de la carretera!!! Y como el estrés había sido poco, todavía tuvieron la suerte de coger el primer vuelo de ryanair en el que no se podía volar con equipaje de mano (justo el día en el que habían decidido ayudar a Belén a llevar sus cosas de vuelta a España). Así que después de hacer varios tetris con las maletas, pudieron volver a casa y yo sentarme a esperar mi correspondiente vuelo.

En el 2008, aprovechando que mi prima Carlota estaba trabajando en San Diego, Belén, Maca y yo nos montamos el viajazo y fuimos a verla. Esta vez no tuvimos que esperar a la vuelta para llevarnos la sorpresa… ya desde Barajas empezaron los problemas. Por algún motivo que desconocíamos, Maca y yo sólo teníamos billete hasta la primera escala; Philadelphia. Nuestras reservas habían desaparecido; SUSTO!! De mostrador en mostrador y tiro porque me toca, conseguimos solucionar el problema. Pero al llegar, obviamente, tuvimos que asegurarnos de que no pasara lo mismo con los billetes de vuelta (por si acaso).

san diego 003

Ese mismo año Maca se fue unos meses a Londres a estudiar inglés, así que muy animada yo decidí plantarme allí en plan sorpresa un par de días. Y a la vuelta… mis amigos los ingleses decidieron que como para ellos la «ñ» no existe, mis billetes no se podían localizar porque estaban a nombre de Alejandra CarreÑo. Otra vez, de mostrador en mostrador y después de discutir hasta el hartazgo, conseguí que me reconocieran. Peeeero, en el control hicieron a Maca sacar todo lo que llevaba en su bolsa de mano. Empezando por el ordenador y acabando por los 1928209898 cacaos y rotuladores distintos que llevaba, uno por uno. Así que, A CORRER!! Con la suerte de que nuestra puerta de embarque era la más alejada de todo el aeropuerto al punto de control en el que estábamos… Esta vez de verdad pensé que no llegaba y que me iba a desmayar por el camino.

london 004

2012; Ana y Guille celebran la segunda versión de su boda en Argentina. IMPOSIBLE perderse una ocasión así… La oportunidad de conocer Argentina, con tus amigas de toda la vida, y encima porque una de ellas se casa!! Como era de esperar, nuestro viaje no podía ser normal, así que si normalmente tendríamos que haber tardado cerca de 18 horas, nosotras tardamos 34! Entre medias, un vuelo en el que todo el mundo iba dormido menos Maca y yo, sentadas una delante de la otra sin poder hablar con nadie durante horas, que no pudo aterrizar en Buenos Aires supuestamente porque había niebla, y se tuvo que desviar a Córdoba. Una vez allí, al recoger las maletas, nos encontramos con la desagradable noticia de la muerte de dos perros que volaban en nuestro avión. Tuvimos que esperar tantas horas que nos dio tiempo a salir a conocer Córdoba y comer allí. Una vez aterrizadas en Buenos Aires, el plan era esperar a Paloma y coger un autobús a Mar del Plata. Pero Paloma se había confundido y había comprado el billete para otro día, así que llegó con retraso porque tuvo que gestionar el cambio… Y como si hubiera sido poco, el autobús tardó como 5/6 horas en llegar a nuestro destino, así que debimos entrar en el hotel al rededor de las 4 de la mañana con diversos ataques de risa, muy pasadas de rosca por el cansancio. En esta ocasión, tuvimos sesión doble de gafe, y durante el vuelo que nos llevaba de Iguazú a Buenos Aires, empezamos a ver cómo el cielo se partía… aquello no eran relámpagos, era electricidad pura! Pero a Noe le parecían las luces del avión (ella tenía información de primera mano y alguien se lo había enseñado, jajaja). Después de aprovechar el aterrizaje en BBAA para poner reclamaciones varias por los incidentes de nuestro primer vuelo, dejamos a Paloma ABANDONADA a la espera de su vuelo a Chile y nos dirigimos en bus hacia casa de Berni, viendo por el camino como «las luces del avión» habían tirado con la fuerza de un ciclón hasta los árboles!!!

02. Mar del Plata (4)

Si al principio todas estas situaciones nos parecían puramente anecdóticas, después de haber comprobado que entre medias de estos viajes hemos hecho muchos otros, pero con distintas combinaciones de personas… nos dio por pensar que igual había algo que se repetía en todas estas ocasiones que era lo que causaba ese «gafe». En un primer momento pensé que sólo nos pasaba cuando éramos más de 2, ya que había hecho bastantes viajes mano a mano con Ale o con Pilo, Noe y Maca habían ido a ver a Paloma a Chile y a Titi a París, Isa y Mery habían hecho juntas el interrail… Sin embargo, también habíamos viajado solas o con otros grupos de gente, o entre nosotras pero con otras combinaciones de personas (por ejemplo a verme a mí cuando estaba en Roma, o cuando Belén, Titi y Maca fueron a NY) SIN problemas.

Maca y yo habíamos viajado las dos solas CON problemas y estábamos presentes en todos nuestros viajes gafados. Así que la conclusión parece clara, no? Cuál es el factor que se repite? jajaja. =)

En septiembre el tándem boicoteador volvemos a viajar juntas… Ale, Paloma, estáis preparadas?

 

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