
Si hay una lección que el 2017 se ha encargado de enseñarme y me voy a grabar a fuego es «no intentar abarcar más de lo que puedo alcanzar/hacer/dar». (En todos los sentidos)
No significa que no apunte alto, o que no tenga metas o acepte retos, o que no haga todos los planes que puedo, o que no me relacione con toda la gente que quiero.
Significa sólo que tengo que dosificar mi energía para ser la mejor versión de mí misma en todo lo que haga.
Así que como creo que soy buena «aprendiz», empiezo el 2018 aplicándome la lección.
En vez de proponerme 10 objetivos como el año pasado, me quedo con los 6 que me aportan más a mí, y en consecuencia creo que a los demás. Y voy a intentar cumplir el 100%.
¿Y los vuestros? ¿Los habéis pensado? =)