Van llegando, van llegando… Poquito a poco las descripciones de reencuentros que os pido a vosotros que escribáis van llegando. Unas se hacen de rogar más que otras, pero al final siempre merece la pena porque, como acabo de hablar con el autor de esta última, lo que más me gusta de todo es comprobar los estilos tan distintos que tenemos de escribir cuando hay sentimientos de por medio.
Así que… GRACIAS Rami, por acercarnos a esa sensación de «morriña» que nos invade cada vez que volvemos a separarnos o que pensamos en momentos compartidos. Es un placer recorrer la geografía nacional sólo para convertir un segundo en una eternidad, para volver al lugar donde siempre nos sentimos bien… =) Gracias incluso por tardar en escribir esta crónica, porque así, un mes después de haber vuelto de nuestra última reunión, la revivimos!!!
«Zaragoza, Madrid y al fin Galicia. Teníamos tanta ilusión de enseñaros nuestra tierra que no paramos hasta que conseguimos traeros. Alguno ya había estado, pero la mezcla de esta amistad, de morriña, de saudade… lo hace indescriptible. No dejé de sonreír un solo momento y sí, era porque esta vez estabais en nuestra casa.
Intentaré explicaros lo que sentí a través de una palabra que describe este lugar tan hermoso que es Galicia.
Con la primera bienvenida se sentía ya que había llegado el momento. Ese reencuentro tras meses de espera con una persona que irradia ilusión como ninguna, Abir. Historias, visitas, y una pequeña espera para que al día siguiente comenzaran los abrazos y las anécdotas por venir. Allí estabais como no podía ser de otra manera unidos, como si os conocieseis de toda la vida, como auténticos amigos.
Y como hay que aprovechar el tiempo al máximo ahí comenzó todo: comidas, risas, imprevistos, bebidas, juegos, piscina,… ¡y a veces todo al mismo tiempo!
Una gran cocinera que nos trajo una delicia para adelantar la siguiente parada [y os aseguro que no será la última] en Mallorca. Tras eso, visita a la plaza de la heroína de la ciudad callejeando por Coruña y llegó el momento de la fiesta, que no podía terminar sin imprevistos durante la noche.
Casi siempre los mejores planes son los que se improvisan y esta vez no iba a ser menos. Unos trozos de papel con números…¡y a jugar! Hubo bebida, hubo humo y como no, llegaron las anécdotas.
Gracias por esos momentos inolvidables.
Más de lo mismo al día siguiente. Qué placer despertarse rodeado de esta familia. Más buen tiempo y seguimos a lo nuestro. Qué magnífica tarde entre churrasco, piscina y crema de orujo. Esos pequeños placeres de la vida que bien conoce nuestra queridísima Mapi 😉
No puedo terminar sin explicaros lo más importante
Sólo si habéis querido volver al lugar donde siempre os sentís bien y habéis deseado reencontrar una pasión
Sólo si habéis comprendido que el tiempo puede ser más tiempo, y habéis convertido un segundo en una eternidad
Sólo si habéis disfrutado con una forma de vida unida y con descubrir el carácter de unas gentes y de una tierra auténtica
Sólo si habéis sentido la esencia de esto
Sabréis qué es morriña.
¿La sentís?»