Sí, lo confieso. Soy una adicta friki a todas las series argentinas para adolescentes (Rebelde Way, Casi Ángeles, Alma Pirata, Los Únicos, Floricienta, Dulce Amor…) Hay quiénes ven documentales, series/sagas americanas, películas, programas de cotilleo, de organización de bodas, redecoración de casas, de cocina, de gente que va a buscar pareja, o a despotricar sobre su pareja… Y estoy yo, que veo argentinadas!! Reconozco que me divierten una barbaridad, y pese a la sorpresa de quiénes no las hayan visto nunca, aprendo muchas cosas.
Como, por ejemplo, que los argentinos celebran EL DÍA DEL AMIGO!!!!! Y yo me pregunto… porqué nosotros no???? Celebramos una cantidad de cosas tremendas, algunas incluso bastante tontas y con un bombo y gasto económico absolutamente innecesario… y algo como la AMISTAD no lo celebramos???? Se que es un tema demasiado amplio como para intentar escribir algo con sentido, que refleje todo lo que significa para mí y sin eternizarme. Pero por lo menos, ya que no voy a conseguir instaurar este día entre todos los que me gustaría, sí querría hacerle mi particular homenaje porque me encanta que se le de importancia a las cosas que de verdad la merecen.
Seguro que todos hemos oído alguna vez la frase que dice «Quien tiene un amigo, tiene un tesoro». Y qué razón tiene, no? Yo en mi caso en particular tengo que decir, si pudiera a voz en grito, que soy una verdadera afortunada y MUY RICA si de tesoros se trata. Como dijo Jorge Font (ponente de Lo que de verdad importa) en una de sus conferencias, recomendable 100% por cierto, «Yo soy el deudor más grande del mundo. Yo tengo una deuda de cariño y AMISTAD que no me va a alcanzar la vida para pagar». Y la verdad es que me siento muy identificada con esa frase. Yo también me siento en deuda con cada una de las personas que durante toda mi vida, y en especial en los peores momentos, han estado a mi lado. Con cada una de esas personas a las que puedo llamar AMIGO/A.
Y no me refiero a los peores momentos por cosas que me hayan podido pasar en la vida, que no han sido pocas tampoco, sino a momentos en que mi carácter no era el más agradable, en días en que lo he puesto o lo veía todo difícil, momentos en los que no he sabido valorar o cuidar lo que tenía, o simplemente, en que no he sido la amiga que se merecían que fuera. Y aún así, han seguido a mi lado. Y tampoco me refiero a AMIGO/A sólo a aquellas personas que no son familia, o que llevan en mi vida un montón de tiempo, o que con quiénes no haya tenido un problema jamás.
Si algo voy descubriendo con los años es que la AMISTAD cambia en la medida en que cambiamos nosotros, porque también cambia nuestra manera de verla y cambia todo aquello a lo que damos importancia, para bien y para mal.
Cuando éramos pequeños AMIGO era todo aquel que respondía SÍ a la pregunta «quieres ser mi amigo?», toda tu clase de la guarde o del cole, o todo el que jugara contigo en un momento dado. Amigo podía ser el hijo de una amiga de tu madre a quién sólo has visto una vez en tu vida. Amigo era el niño que te prestaba la pelota en el parque. Amigo era el que te invitaba a su cumpleaños.
Luego pasábamos a la época en la que lo normal y mejor visto era que amigos fueran los de tu mismo sexo. Los niños jugaban al fútbol en los recreos, y las niñas intercambiaban cromos. Y cuando te relacionabas con los otros era porque «estabas por alguien».
La adolescencia nos hacía, en especial a las niñas, más especialitas. Ya empezábamos a cotillear sobre todo y sobre todos, a mandarnos cartitas, desahogarnos y contarnos quiénes nos gustaban, a pensar en la ropa, las letras de las canciones… A hacer grupitos y a enfadarnos por todo. Mientras los niños seguían jugando al fútbol con sus AMIGOS de siempre.
Luego empezábamos a darle importancia a otras cosas, y de repente se convertían en AMIGOS aquellos con los que salías por las tardes/noches, los que te contaban sus cosas, te llamaban por teléfono, te ibas a su casa en verano… Y se iban acoplando más las personalidades, porque ya empezaban también a estar más definidas.
Y de repente llegas a una época en la que te sientes adulto. Empiezas una carrera, te sacas el carnet de conducir, tienes novio/a más serio, hay quiénes incluso se van a vivir o estudiar fuera… Y tus problemas se convierten en cosas de mayor trascendencia. Ahí tus AMIGOS pasan a ser quiénes te apoyan, quiénes siguen estando a pesar de la distancia y los cambios, quiénes no te dejan solo con tus problemas, o con lo que creemos que son problemas pero en realidad no lo son tanto. AMIGOS pasan a ser aquellos que comparten tu día a día contigo, tus gustos, aficiones, planes, tu manera de ver las cosas y de vivirlas. Quienes ponen un poco de luz en situaciones que se te hacen un mundo, quiénes te hacen pensar en quién eres y qué quieres, quiénes lloran y se ríen contigo.
Si miro hacia atrás me doy cuenta de que, como decía antes, soy muy afortunada!!!!!!! MUY!!! Porque todavía conservo la relación con algunos de los que describo en la primera fase. Y lo que es mejor, muchos/as de mis mejores amigos/as han avanzado y crecido conmigo a lo largo de todas ellas. Recuerdo cuando empecé la Universidad y a mi familia (en especial) les sorprendía que mantuviera tanta relación con la gente del colegio. Me advertían de que las cosas cambian y esas relaciones se van perdiendo con los años para dar paso a amistades nuevas. A día de hoy puedo decir que en mi vida no ha sido TAN así.
Pero luego nos hacemos aún mayores, y descubrimos un nuevo tipo de amistad. Algo que, ahora sí, es más adulto y serio. De repente AMIGO es aquel a quién conocimos hace tan solo 3 semanas, pero las más intensas y bonitas de tu vida. Es aquel que ha compartido contigo experiencias que te cambian, te remueven por dentro y te hacen replantearte todo. AMIGO es aquel que hace por conocerte sin dar por hecho las cosas, sin dejarse llevar por una opinión preconcebida o anticuada. Es aquel que te quiere porque respeta quién eres, y te hace seguir creciendo y aprendiendo día a día. Es aquel que te escucha, que espera a que termines de contar tu historia y se pone en tu piel, de verdad, para poder darte el mejor de sus consejos. Es aquel con quién nunca te aburre o te cansa hablar. Es quién sufre y se alegra contigo, quién se emociona con las cosas que a ti te hacen feliz, quién te llena de energía, quién te hace sentirte útil, quién te recuerda que te necesita y que tu vida le importa y se interesa hasta por las cosas más tontas que te gustan o haces sin juzgarlas… AMIGO es aquel que sufre por encontrar la mejor manera de decirte algo que sabe que no te va a gustar, quién reorganiza su tiempo para poder pasar un ratito contigo, quién te empuja a enfrentarte a tus miedos incluso cuando eso puede suponer que te enfades con él. AMIGO es quién te acompaña en tu camino. No lo hace por tí, ni lo critica, ni te empuja en ninguna dirección. Simplemente TE ACOMPAÑA, compartiendo lo bueno y lo malo.
Tengo la suerte de poder decir hoy que me encantaría poder mencionaros a todos uno por uno, pero que me eternizaría porque es demasiada la gente a quién nombrar. Ya hay por ahí colgado algún comienzo que hice hace años, y prometo que intentaré continuar. Pero hoy no, por lo menos no a estas horas!! 😉 Aunque sí voy a hacer dos «menciones especiales», porque sólo su presencia me recuerda quién soy y lo merecen todo.
Por estar unida a mí con un cordón transparente de ángel, y quererme con cordura y con locura «de todas las formas buenas que hay». Y por haber llenado mi vida de más gestos de ternura que de palabras bonitas. 😉
Si todo eso es la amistad, si aporta cosas tan buenas y necesarias en nuestra vida. Vuelvo a preguntar; porqué no lo celebramos como se merece??? Yo, desde hoy, me declaro fan del DÍA DEL AMIGO y pienso celebrarlo!!!!!!! (Por cierto, para más información de quejicas natos y escépticos, existe el Día Internacional de la Amistad. No es ninguna frikada argentina).
Repito: me siento identificada con la frase de Jorge Font, porque no creo que me alcance la vida para pagar mi deuda de AMISTAD.