Por todos es sabido el exitazo que ha tenido la serie de «El tiempo entre costuras». Ya el libro fue una revolución cuando salió en 2009 (a día de hoy se han vendido casi 3 millones de ejemplares, y se ha traducido a 25 idiomas, convirtiéndose en un Best-Seller) a pesar de que María Dueñas no esperaba generar semejante conmoción, como afirmaba ayer en el programa especial que se emitió después del último capítulo de la serie. Pero desde el 21 de octubre de 2013, y durante 11 capítulos, hemos sido más de 5 millones de personas las que seguíamos la vida de Sira Quiroga en la piel de Adriana Ugarte. Reconozco que apenas conocía a la actriz, y que tampoco me ha parecido «espectacular» en su interpretación, pero la mezcla entre el físico que era tal como me imaginaba mientras leía, y la historia… me han enganchado y causado una mezcla de emociones que no se muy bien ni cómo reflejar ahora que me pongo a escribir.
Todos los lunes corría a sentarme en el sofá a las 22.30 para ver el capítulo correspondiente, con el previo aviso a mis compañeras de piso (pobres) de que no pensaba relacionarme. Y en ese momento, veía que yo no era la única. De repente whatsapp se llenaba de mensajes de amigas, tías, primas… que se preparaban como yo para disfrutar de un ratito de verdadero disfrute frente a la tele.
La gran mayoría nos hemos aficionado por el atractivo de la historia, por los personajes divertidos y grandes actores que los interpretaban (o es que alguien no se ha sorprendido de ver a Alba Flores imitando el acento árabe como si fuera una Marroquí más? o ha querido tener ese vecino/amigo con quién puedes hablar de absolutamente todo y a cualquier hora del día? Por poner un ejemplo…) Por la parte histórica que por su cercanía a todos nos ha pillado de alguna u otra manera, ese Marruecos con la vida en las calles, colores, tés y telas preciosas… o los fados portugueses que recuerdo hasta oírles cantar a mis tíos!!! Las fiestas de la clase alta y las señoras con semejantes vestidos…
Por supuesto, por las historias de amor que vive Sira. Pasando por el chico bueno que tu familia quiere para ti, pero que a ti te aburre… Por el chico malo pero guapo a rabiar que te hace cometer locuras y aprender a base de lágrimas, y llegando al verdadero… a ese por el que merece la pena esperar y luchar.
Y por las de acción: alguien no ha sufrido viéndola correr por la Medina sabiendo que llevaba el cuerpo envuelto en pistolas???Mención aparte para la banda sonora… ESPECTACULAR!!!
Pero además, para más inri, tengo que decir que yo «he crecido entre costuras». Mi abuelo era sastre, mi madre modista y mi mejor amiga diseñadora. He tenido como mesa de comedor la que se utilizaba en la sastrería, llena de rayajos y cortes seguramente fruto de las tijeras… El maletero de alguno de mis armarios sigue lleno de retales de telas… y a más de una/o se le pondrá la piel de gallina si ve esos modelos y patrones pintados en cualquier papel que mi madre pillara a mano, ya fuera un folio, una agenda o incluso una servilleta de alguna cafetería. Todavia tengo millones de hilos y botones de colores guardados en cajas, ese papel lleno de puntitos negros para planchar las líneas del nido de abeja ,y hasta he hecho manualidades con los carboncillos para pintar sobre las telas, puntillas o revistas que llenaban mi casa.
Para mí, ver EL TIEMPO ENTRE COSTURAS no sólo ha sido apasionante por la emoción que contagiaban sus personajes y sus historias, ha sido una vuelta al pasado con cada capítulo. Por eso, verla acabar ayer fue un boom de emociones: por una parte se acababan unas historias que en algún punto a muchos nos han hecho sentir identificados o incluso desear vivirlas (no hay ningún espía frustrado por aquí? jeje). Pero por otra, volvía a abrir y cerrar cada lunes ese apartado de mi vida que recuerdo con tanto cariño.
Así que aquí lo dejo, mi pequeño homenaje a esta serie que me ha hecho tan feliz estos últimos meses y de la cual, obviamente, me pienso comprar DVD’s y Banda sonora para transportarme, de vez en cuando, a alguno de esos lugares e historias con quien me quiera acompañar. =)
Muy bonito este regalo que nos has dado de tu tiempo entre costuras.Me ha gustado mucho. Jesús
Me ha encantado recordar aquellos momentos entre costuras…muy muy bonito ale!