NO ME PUEDE GUSTAR MÁS!!!!
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS y GRACIAS por formar parte tú también de mi batiburrillo, por conocerme y enseñarme tanto y estar SIEMPRE ahí, por describir tan bien estos días y sobre todo, por esos «valores» que no dejamos de compartir… Te quiero mucho!!
«Cuando leí en mi whatsapp… “Te tocó la crónica para mi blog”…¡¡NO LO PODÍA CREER!!… Aparte de la grandísima ilusión que me hace que me lo pidas, me ha parecido, francamente, todo un reto.
Sabes que sigo cada cosa que escribes, cada texto que te gusta y cada álbum de fotos que publicas y que analizo cual “vieja al visillo”. Y entre tus cosas siempre encuentro motivos para reír, para llorar o emocionarme, con una carta, un video, una canción o con un simple comentario tuyo. Pero sobre todo ahí siempre estás TÚ, sin temor a mostrar tus sentimientos, dando espacio a las emociones; contando cosas y demostrando que es bueno sentir, vivir y contarlo y siempre sin parecer demasiado sentimental. Y yo, modestamente, no me considero a la altura de tanto, pero lo voy a intentar.
Carmita cumplía 60 y era obligado celebrarlo. Obligado porque la vida ha estado castigando un poco últimamente a esta familia y aunque hemos ido aceptando “estos castigos” con entereza, fortaleza y serenidad para sobrellevar el dolor, el cielo ya “se estaba poniendo demasiado gris” y nuestros encuentros se habían ido reduciendo a momentos no tan lúdicos y divertidos.
Estoy convencida que esta familia nuestra no es diferente de cualquier otra; ha sido una gran escuela de valores, el lugar donde se han creado maravillosos vínculos y donde cada día aprendemos a querer a cada uno por lo que es. En esta familia hemos intentado construir juntos el camino y hemos compartido vivencias y emociones. En ella hemos encontrado a veces alguna crítica, pero siempre orientación, consuelo y ayuda. Hemos tenido espacio y sustento a la hora de equivocarnos, nos hemos caído y levantado juntos. Y por eso ahora es el momento, a esta familia ya le tocaba, ahora es tiempo de disfrutar con unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño; Ya nos tocaba poder sonreír con la dulce memoria de los que se han ido y todos los maravillosos recuerdos que nos han dejado y aunque los echemos desesperadamente de menos, disfrutar pensando la suerte que tuvimos teniéndolos a nuestro lado.
Ahora ya es tiempo de disfrutar la cálida compañía de los que aquí seguimos, reír con ellos, bailar con ellos y sonreír recordando. Es tiempo de seguir aprendiendo y descubriendo. Es tiempo de reír juntas, recordar nuestra niñez, nuestras travesuras, a quien queríamos parecernos, cómo hemos ido cambiando o incluso disfrutar la risa contagiosa de unos instantes inolvidables repletos de complicidad. Ahora nos toca hablar hasta la madrugada y disfrutar siendo cómplices planeando divertidas sorpresas.
Debemos valorar lo que tenemos, lo que nos queda, caminar con orgullo junto a los que estamos, admirar a los mayores y esperar todo de los pequeños. Porque después de un tiempo uno aprende y empieza a entender que la vida tiene estas cosas, y por eso cada abrazo, cada carcajada y cada recuerdo que voy creando a vuestro lado, a tu lado es – sin duda – lo bueno, lo mejor de la vida.
Siempre me ha gustado mucho la Madre Teresa de Calcuta, y estoy aún por descubrir algún texto suyo que no invite a pensar y a valorar las cosas. Hay unas palabras suyas que me emocionan de manera especial y que ahora resumen este “encuentro familiar” y muestran parte de lo que he querido expresar en mis palabras anteriores y que dicen lo siguiente:
“Cuando el cielo esté gris, recuerda cuando lo viste profundamente azul. Cuando sufras una temporal derrota, acuérdate de tus triunfos y de tus logros. Cuando necesites amor, revive tus experiencias de afecto y ternura. Acuérdate de lo que has vivido y de lo que has dado con alegría. Recuerda los regalos que te han hecho, los abrazos y besos que te han dado. Alégrate por lo bueno que tienes y por lo bueno de los demás, desecha los recuerdos tristes y dolorosos. Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad. Recorre tu vida, detente donde haya bellos recuerdos y emociones sanas y vívelas otra vez […]”.
El texto continúa, pero en cuanto recibí tu mensaje, fue inevitable, estas palabras vinieron inmediatamente a mi memoria y resumen a la perfección lo que para mí han sido dos días increíbles en los que he “recargado pilas” y he ido creando más recuerdos junto a todos y cada uno de vosotros que – estoy convencida- me harán sonreír en el futuro y de los que sacaré fuerzas cuando las cosas se pongan difíciles para seguir caminando.
¡Gracias a todos! ¡Gracias a ti!… Os quiero»