Hace tiempo Clara bautizó nuestra casa como «la casa que nunca duerme» porque siempre había mucho movimiento, gente entrando y saliendo, nos pasaban cosas extrañas y divertidas, hacíamos fiestas, copas, cenas… y sobre todo porque nuestros horarios no eran muy lógicos.
A lo mejor entre semana nos encontrábamos en la cocina a las 2 de la mañana porque no podíamos dormir (de ahí que las infusiones relajantes nos duren tan poco), o llegaba alguna de mis amigas a las 11 de la noche como si fuera lo más normal. Podíamos pasarnos un día entero sin salir a la calle o incluso no vernos en varios días aún viviendo en la misma casa. Luego llegaba el fin de semana y con él la invasión. Salíamos y al día siguiente había alguien durmiendo aquí, amanecíamos a las 3 o 4 de la tarde, comíamos a las 6, hacíamos «cuarentena» y nos instalábamos en el salón empalmando una peli con otra y comiendo «comida basura a domicilio». O volvíamos de fiesta y la cama de Clara acababa en el salón, con ella metida dentro aunque ya estuviera dormida. QUÉ PACIENCIA!! Pilo venía a dormir un día y acababa quedándose 3, a la vuelta de un congreso y después de 4 días fuera de mi casa tenía organizada una fiesta de disfraces para 40 personas, Mery venía después de mucho tiempo a casa y nos poníamos a hablar y sin darnos cuenta eran las 6 de la mañana, el marido de una de mis primas venía con su hermano a Madrid y se quedaba en mi casa a dormir aunque yo no estuviera, los padres de Víctor me pedían que le cobrara ya un alquiler a él también, yo tenía un accidente con el coche y de repente tenía a otras 2 personas mínimo durmiendo conmigo en mi habitación…
Pero lo mejor de todo es que cuando Giuseppe llegó a casa, se convirtió en uno más dentro de esa dinámica. Otro insomne que se acuesta super tarde, amanece antes de que hayan puesto las calles y se pone a ver películas mientras Clara y yo nos cruzamos en la cocina para desayunar como zombies, duerme por el día, entra y sale, nunca sabes cuando viene sólo o con Carlota… =)
Y hoy, POR FIN, POR FIN, POR FIN… Bea se convierte en una inquilina más, oficialmente, de esta casa que nunca duerme, curiosamente, como ella!!!!! Llevaba tiempo anunciándolo, y hoy se ha hecho realidad. Después de deshacer a medias sus maletas, la tengo sentada a mi lado leyendo porque le he tenido que pedir intimidad para escribir… me sentía presionada 😉 Y se ajusta perfectamente al perfil de todos los inquilinos. Será habitual encontrarla hablando a las 2 de la mañana con Giuseppe en la cocina mientras fuman porque no pueden dormir, y cruzárnosla por el pasillo como una zombie más por las mañanas. No saber dónde está cada día o a qué hora vuelve o con quién viene… y que se encuentre con que todos hemos venido justo ese día acompañados y de repente somos 9 para cenar!! =)
Es un caos, un BATIBURRILLO, una locura… pero muy muy divertido!
Así que… ¡¡¡¡ BIENVENIDA BEA !!!!
Me encanta